Te embarqué entre las olas que se marchan,
te guardé entre las poesías que se escarchan,
Y en un lugar donde no podría encontrarte,
amurallé con hierros tu risa, para olvidarte…
Para que nunca me vieras en tu camino,
y yo fuera solo un fantasma diamantino.
Y que no cantara mi música en tu oído,
y que mis palabras volaran en el olvido.
Para poder cantar por la noche frustrada,
me guié hacia una muerte desangrada.
Me restablecí en la rosa azul del invierno,
y fui desterrando tu magia del infierno.
Alcanzo a escuchar en silencio tu arroyuelo.
Creo que vas volviendo a tus pasos perdidos.
Solo sabré que tus labios están mordidos,
y mis ojos no se vestirán más con el pañuelo.
La rosa azul es actualmente del Sol Eterno,
mantengo helado el pensamiento y el alma.
Te recuerdo imperturbable, estoy en calma.
Solamente quiero ver tu rostro en el averno.
La Rosa Azul es del Cielo y Soy del Cielo…
Ludy Mellt Sekher©
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