Desde la cima de una roca contorneada
en la cúspide de sobresaliente montaña,
un águila de azabache y blanco plumaje
contempla con desprecio el mar salvaje.
Que en torbellino delirante y turbulento
imita montañas de espuma y se levanta.
La tempestad se aproxima y se arrebata,
con bronco acento y rugido desesperado.
Juntos mil rayos superponen los espacios
que se abrazan a la tierra y la estremecen.
Su majestad, única soberana de los cielos
no se arredra, ni amedrenta, ni se aterra.
Mientras, con voz ronca un himno canta
en consonancia con la música del viento,
El águila no se espanta, ni se intimida,
porque ella, inmóvil, en su glorioso punto,
se iguala a un ángel fantástico de piedra.
Ella humilla, la tempestad endemoniada
y aquel relámpago en mil saetas bifurcado
que traspasara las nubes y el firmamento.
¿Quién se arriesgara a retarla de esa forma
en el momento que se hallara en su morada?
Del mare mágnum desdeñó siniestras galas
porque ella es íntegra luz, espíritu y pureza.
Contiene fe en su heroísmo y en su grandeza
y en el ascenso triunfal de sus titánicas alas.
Jamás le temió a Dios, ni le espantó el diablo.
Y desde la profundidad de su magno castillo,
el águila pintará pincelados por sus onirismos
el sol, luna, estrellas, los cielos y los infiernos.
deán de remontar el vuelo arañando el cielo
con las facultades supremas de su nobleza.
O ÁGUIA
Desde a cume de uma rocha contornada
na cúspide de sobressalente montanha,
um águia de azeviche e branco plumagem
contempla com desprezo o mar selvagem.
Que em redemoinho delirante e turbulento
imita montanhas de espuma e se levanta.
A tempestade se aproxima e se arrebata,
com bronco acento e rugido desesperado.
Juntos mil raios sobrepõem os espaços
que se abraçam à terra e a estremecem.
Sua majestade, única soberana dos céus
não se arredra, nem amedronta, nem aterroriza.
Enquanto, com voz rouca um hino canta
em consonância com a música do vento,
O águia não se espanta, nem se intimida,
porque ela, imóvel, em seu glorioso ponto,
iguala-se a um anjo fantástico de pedra.
Ela humilha, a tempestade endemoninhada
e aquele relâmpago em mil saetas bifurcado
que traspassasse as nuvens e o firmamento.
Quem se arriscasse a reptá-la dessa forma
no momento que se achasse em sua morada?
Do mare mágnum desdenhou sinistras galas
porque ela é íntegra luz, espírito e pureza.
Contém fé em seu heroísmo e em sua grandeza
e na ascensão triunfal de suas titánicas asas.
Jamais lhe temeu a Deus, nem lhe espantou o diabo.
E desde a profundidade de seu magno castelo,
o águia pintará pincelados por suas onirismos
o sol, lua, estrelas, os céus e os infernos.
deán de remontar o vôo arranhando o céu
com as faculdades supremas de sua nobreza.