Muero de amor, de ti estoy muriendo
de la falta de tu piel y tus besos
de la calidez de tus ojos que no veo.
Muero de mí que no me tengo
de mi alma que peregrina
vuela a tu encuentro,
y en la inmensa y solitaria noche
bajo la pálida luna muero.
Muero cuándo mi mente
se traslada en el tiempo
se refugia en el pasado,
dónde vestí mi piel con tu cuerpo
ahogando ardientes lágrimas
sintiendo el frío que veloz
recorre los caminos del recuerdo,
Muero de amor, de ti estoy muriendo
cuándo sé que has de dejarme de nuevo,
cuándo te digo hasta luego.
Muero de ese beso que no tengo
del refugio de tus brazos
del sabor de tu aliento.
Muero cada día lentamente
perdiendo mis huellas en la arena,
deshojando los pétalos del tiempo
embriagándome de ti amor, de ti muriendo
del roce de tu mano, del suave susurro,
del unísono latir de nuestros corazones,
de la ansiedad de ti muero.
Muere mi cuerpo como muere la rosa
que una vez cortada
suavemente pierde el aroma.
Muere la voz,
perdida en el eco de risas pasadas,
en suspiros callados
que despertaban al alba.
Muero cada noche en mi cama
donde busco tu calor entre las frías sabanas,
abrazando la almohada, callando el llanto
y a mi corazón que muriendo te llama.
Kalima
Ros
Barcelona-España
PORTUGUÉS
MORRO DE AMOR
Morro de amor, de ti estou morrendo
da falta de tua pele e teus beijos
da calidez de teus olhos que não vejo.
Morro de mim que não me tenho
de minha alma que peregrina
voa a teu encontro,
e na imensa e solitária noite
sob a pálida lua morro.
Morro quando minha mente
se translada no tempo
se refugia no passado,
onde vesti minha pele com teu corpo
afogando ardentes lágrimas
sentindo o frio que veloz
percorre os caminhos da recordação,
Morro de amor, de ti estou morrendo
quando sei que tens de deixar-me de novo,
quando te digo até depois.
Morro desse beijo que não tenho
do refúgio de teus braços
do sabor de teu alento.
Morro cada dia lentamente
perdendo minhas impressões na areia,
deshojando as pétalas do tempo
embriagándome de ti amor, de ti morrendo
do atrito de tua mão, do suave sussurro,
do uníssono bater de nossos corações,
da ansiedade de ti morro.
Morre meu corpo como morre a rosa
que uma vez cortada
suavemente perde o aroma.
Morre a voz,
perdida no eco de risos passados,
em suspiros calados
que acordavam ao alva.
Morro cada noite em minha cama
onde procuro teu calor entre as frias *sabanas,
abraçando o travesseiro, calando o pranto
e a meu coração que morrendo te chama.