Numerosos son los elementos, todos ellos de la más acendrada raigambre
pictórica, que jalonan el camino hasta ahora recorrido, riquísimo en su
plural contenido, por Ludy Mellt Sekher (Shyra). Revela la hondura y la
firmeza de una vocación que ya conoce muy valiosos reconocimientos, y que
promete, para ella en lo personal y para el panorama de nuestras artes
plásticas en general, un futuro sencillamente excepcional. No me detendré,
por obvios y por perfectos, en sus dominios, sueltos y libres, tanto del
diseño como del color.
Y ella es sanamente permeable, como debe serlo todo creador cuando
comienza a perfilarse con su imagen inconfundible y personal, es decir,
cuando ve aflorar en si misma eso tan difícil, por cuanto se trata de un
remate hecho de armonía, a lo que damos el denominativo de estilo, y que
marca a una obra, y a quien es su autor, como inconfundibles.
No faltará quien conjeture escuelas y modalidades del pasado para explicar
con mayor comodidad las características salientes de la obra de Ludy (Shyra);
bástame decir, en este sentido, que admiro en ella la nobleza con la cual
ha abrevado en las fuentes más límpidas, pero también más admirables e
imaginativas del arte.
Ludy Mellt Sekher está íntimamente vinculada a la hermosura que sabe dar a
sus formas y a sus colores), para entregar empero, en sus hermosísimos
cuadros, visiones que sólo a ella le pertenecen, a su misterioso y por
suerte interminable explorar los mundos del inconsciente, traduciendo la
misteriosa cosmogonía de los sueños, con su cálido y hondo amor por la
criatura, pues los encarna magníficamente.
Múltiples y refinadas son las corrientes que confluyen en el caudaloso
curso de la pintura de Ludy Mellt Sekher: las hay ingenuas en su clarísima
diafanidad, o religiosas en sus sentimientos de atadura con el gran
sortilegio de la creación, o clásicas en la perfección de un plegado de
telas que son como mármoles alabastrinos, o mármoles que poseen la
morbidez de un paño, o traslúcidas en sus composiciones que entremezclan
lo real con lo fantástico. Y en todas ellas se impone su creadora
legítima, de transparente estirpe, por el reclamo de sus criaturas, que
quieren ser traídas por ella a la efímera realidad del cuadro, que a su
vez se desdobla en otras realidades, porque para Ludy la pintura es un
camino de indagación, un medio de conocimiento, y sus ensoñaciones
metafísicas (sobran, como testimonio de esto, tanto un desnudo como el
cuidado relieve de sus famosos árboles que se levantan con alas) son el
abigarrado herbario de nuestros miedos, de nuestras angustias, de nuestros
temores y de nuestra soledad, de todo aquello que llevamos como una ácida
carga sobre los hombros en esta vida, carga que ella, con su arte, viene a
rescatar, como mostrándonos una nueva génesis de la alegría, que también
puede nacer de esos "monstruos de la razón", que constituyen la esencia
del arte, y que aseguran, aunque parezcan negarla, su perdurabilidad.
Ludy Mellt Sekher, innovadora y abanderada de una tempestad espiritual,
nos devuelve así, con su pintura, a la sombra de aquel paraíso del que
fuimos, en el principio del tiempo, expulsados, pero a donde ella ha
decidido hacernos retornar.
Rafael Gastambide
Escritor, Crítico de Arte
El Arte de Ludy Mellt Sekher
Si nos preguntamos por las tendencias de la pintura actual varias parecen
ser las miradas a recorrer. Nos encontramos ante una serie de imágenes que
pueden ser los caminos a indagar, nos llevan a explorar una de las sendas.
Las pinturas de Ludy Mellt Sekher inauguran una travesía hacia los mundos
posibles. Viaje inducido a través de un conjunto de motivos presentes en
la composición; viaje motivado hacia la exploración de varios códigos, de
varias lecturas que se suceden para establecer un diálogo con nosotros.
Encuentro de fantasía y realidad, de sueños e infancia, de rudimentos
esenciales, de transmutación de naturalezas, de lógicas diferenciadas.
Asistimos progresivamente a la percepción y comprensión de un rigor basado
en el trabajo y el respeto de la representación, a la visión de una
minuciosa composición en el tratamiento de las figuras, de las texturas,
de las armonías de color.
Las alas, símbolos que aparecen en sus cuadros transportan almas, acotadas
en algunos casos a marcas paradigmáticas, imaginarias en otros,
conformando espacios emblemáticos. Iconografía de lo utópico, de la magia,
a partir de configuraciones reconocibles. Esta es la síntesis entre el
tratamiento "realista de la superficie" y la disposición por integración
"fantástica" de la escena.
Alas, árboles, cielos, agua, tierra, rocas. Enumeramos una serie de
motivos que funcionan simbólicamente para establecer una de las
significaciones que emanan de este viaje: la mutación y la reunión de los
elementos básicos, el descubrimiento de lo esencial a través del encuentro
de la naturaleza y la cultura. Tiempo y espacio, puesto que cada viaje
representa además un cruce histórico, un tiempo que se sucede en las citas
al pasado, en algunas pinturas que se recortan sobre aquellas imágenes
arquetípicas del arte, las cuales han ingresado en nuestro presente como
objetos de civilización; un tiempo que además se expresa, narrativamente,
por la idea de transformación o metamorfosis de las sustancias, como lo
hace también en su extraordinaria poesía.
Así como cada ala entabla una correspondencia semántica con cada alma que
transporta, entre puentes que enlazan "culturas", o espacios naturales que
reúnen otros seres, cada figura establece un encuentro o una continuidad
por forma, por significación, por textura. Las superficies, con riqueza
plástica connotan estas transformaciones. La coherencia textual resulta de
otro cruce ya esbozado, aquel que remite al postulado de algunos artistas
del simbolismo, una imagen clara, directa en cuanto a resolución plástica,
como resolución en superficie; una sucesión de asociaciones que remiten al
desciframiento del arte como símbolo vivo; los guiños de este viaje: la
proximidad por semejanza de representación, por remisión a la fantasía de
lo construido en la infancia, en las fábulas, en los sueños. Recorrido
hacia el despojamiento de lo simbólico. Esta artista acerca los mundos
posibles en una cadena de significaciones tanto propias como extrañas para
que participemos en el juego de la ilusión figurativa.
Norma Campos Real
Crítica de Arte, Periodista
Shyra Gosurreta = (Ludy Mellt Sekher)
Fuerza de expresión entre lo espiritual y lo humano.-
Renuncia y reintegración, aspectos fundacionales de toda mística. Su
relación con el sol, el árbol y la tierra nunca más vuelve a ser sólo un
campo de sensaciones, sino gestos nuevos de infinitas dimensiones, gestos
de relación más orgánica y vital con la naturaleza. Trato amoroso y
terrible a la vez, como es siempre el de un oficiante contemplador y
solitario que permanece fiel a la intuición, aguardando paciente el
encuentro esencial, en el cual la revelación de lo sagrado es gracia
compensatoria para quien en lugar de violentar la naturaleza, la requiere
hasta que apasionada y generosa se entrega por sí misma.
No es sólo la existencia. Ni es tampoco el éxtasis o el arrebato de la
mística tradicional. Es mucho más abismal, es densidad incomparable,
procedente de una realidad profunda, angustiada. Es más bien consecuencia
de su propio sentimiento religioso. Como en toda vivencia transformadora
de lo esencial, su inmersión en sí misma le conduce a estados interiores
tan sublimes como aterradores. En algunas ocasiones, sus gestos personales
y apasionados adquieren ante el lienzo la gracia y dignidad de viejas
prácticas rituales de culturas milenarias en las cuales el poder mágico
despierta energía psíquica transformada en fuerza, en conocimiento
indispensable que ayuda a vivir y a morir. Vaciamiento y plenitud en una
misma ceremonia.
Las fuerzas creadoras del cosmos residente en el ser comienzan a despertar
como en la Alquimia. El Sol y la Luna brotarán de su corazón como flores
de oro y plata. El casamiento del Sol y la Luna es simbolizado como los
vapores que emergen de la materia prima, a medida que el fuego aumenta
dentro del alambique. El fuego es asociado al centro del corazón, que es
el asiento de la mente intuitiva.
De esa entrega brota un sentimiento inefable de plenitud, que alcanza en
su pintura una simbolización intensa y expresiva de lo cósmico: la luz. Es
posible entonces que ese énfasis artístico sea también expresión de su
necesidad interior, un anhelo supremo de realizar la integración de la
totalidad dentro de sí. Como en los antiguos cultos solares, para la
pintora, la reverencia al sol es a la vez reverencia a lo sagrado. El
valor de la luz como metáfora y símbolo de la divinidad, permanente en la
cultura desde los tiempos más remotos, se renueva en la experiencia, para
proponer un trato con la naturaleza, reveladora de una conciencia de lo
cósmico.
Desesperanza y soledad, por ello el camino de la mística es penoso en sus
exigencias. En la tradición ocultista los sufrimientos tanto físicos como
psíquicos eran indispensables y estaban considerados como pruebas de
iniciación por las que el adepto debía morir a su pasado para renacer en
una nueva vida. Su encuentro con la luz (con lo sagrado) fue
deslumbramiento y sacrificio de sí misma. Disolución de la razón ante el
encuentro con una realidad profunda y misteriosa. Si el propósito
fundamental de toda experiencia mística es el de alcanzar un sentido de
unidad e identidad del alma con lo esencial, entonces quizás pueda ser
lícito hablar de una dimensión mística.
En su cuadro "Unidad" es a la vez un modo religioso de hacer vida, una
práctica alquímica, un proceso de transformación interior. De su
experiencia emana una lección de plenitud. Constituye una integridad que
se completa mutuamente. Ello puede ofrecernos perspectivas insospechadas
de nuevos desciframientos que ayuden a comprender mejor el alcance, el
valor universal de su experiencia profundamente humana y espiritual, donde
se fraguaron lo mágico y lo mítico, lo simbólico y lo místico: experiencia
religiosa a través de la pintura..
A menudo la presencia humana tiene un carácter sensual que deja entrever
una apreciación del cuerpo y de la sexualidad como conductos de la
experiencia trascendental. Es en esta afirmación de lo vital, en la que el
deseo del otro tiene como resultado una afirmación del yo, en donde se
encuentra el meollo de la temática de la obra.
Aunque trabaja a partir del natural, su pintura lejos de ser lírica es
simbolista. En ocasiones podría hablarse no de símbolos sino de escenas
arquetípicas; ritos de iniciación, que aluden a situaciones riesgosas o
alucinaciones.
Bien consideradas, estas propuestas temáticas alejan la obra de la
representación naturalista y la llevan hacia una alternancia entre el
tratamiento realista y el expresionista, vetas que habrá de llevar aún
hasta su límite.
Shyra Gosurreta (Ludy Mellt Sekher) surge en sus años escolares como
aficionada a los pinceles y a las pinturas por sólo placer visual. Por ser
amante de la poesía, la cual, es incomparable,cada uno de sus cuadros se
convierten en un poema a la vida y al ser humano con sus virtudes y sus
debilidades.
Con un buen manejo de la figura humana en sus obras cargadas de
expresionismo se refleja el dolor y el placer, lo bueno y lo malo, la
inocencia y el dolor. Su temática es plasmar la naturaleza humana en todos
sus aspectos y el uso de la piedra es reiterativo como una denuncia de que
todos siempre escondemos algo, porque los seres humanos siempre tenemos la
necesidad de huir, ya sea por temor o por ser simplemente engañosos.
Se puede catalogar como una pintora del neo expresionismo. En sus obras
prevalece el cuerpo humano en momentos de angustia y de placer como una
alegoría donde el espectador no sólo ve la desnudez física sino también la
del alma, con un deseo de regresar a su momento original, la inocencia. La
desnudez del alma es más importante que la desnudez física. La mayor parte
de colores utilizados son los negros y los rojos. En los colores negros la
oscuridad es protagonista con reflejos de luz que llevan como un
simbolismo que lo espiritual siempre se contamina, sufre una caída por los
deseos terrenales. Pero todos los colores tienen una intensidad mayúscula.
Con las tonalidades rojas hay una gama infinita de colores que se
intercambian, que se quiebran tal como lo hace el hombre en su vida
cotidiana, al perder la pureza y convertirse en esclavo de lo mundano.
Shyra es una artista surrealista que incorpora maravillosamente las formas
simbólicas en su obra. Encontramos una substancial inspiración imaginaria
en sus pinturas, quién es además ampliamente conocida como escritora.
Con su nombre egipcio Ludy Mellt Sekher encuentra una interconexión entre
ambas disciplinas artísticas para expresar su fe espiritual, sueños,
temores y pasiones a través de una alegoría e intensos colores. Utiliza
símbolos, especialmente los colores, y encuentra la forma de narrarlos en
sus pinturas y escritos. En su obra artística encuentro fuerza, belleza,
historia, tiempo y repetición de los colores para demostrar su vínculo
espiritual con las diversas culturas del Universo.
El Arte le ha apasionado desde que era una niña, sobre todo el dibujo.
Pasó gran parte del tiempo al aire libre, donde encontró ese amor por la
cercanía de los colores y de las texturas que le rodeaban. Intentó
capturar el sentido de la naturaleza a través de la pintura. Los libros
fueron también una gran fuente de placer. Los cuadros y las palabras
alimentaron su imaginación y le inspiraron. El arte se convirtió en la
manera de traducir sus emociones en algo tangible. Las Alas están
presentes repetidamente como mensajeras divinas. El Ángel es considerado
un vínculo simbólico entre el cielo y la tierra. La pintura de cada ángel
es manejada de manera diferente.
Algo que se puede percibir en su obra artística es la fuerza que expresa
en sus pinturas. Tiene una fuerte Fe y cree en la guía divina. Reza.
Viaja. Sueña. Permite que la energía fluya a través del pincel. Encuentra
lo sagrado en las cosas simples.
Al seguir esta guía espiritual, descubre mitos utilizando como tema los
árboles y las alas, y así expresar simbólicamente que aunque todos
provenimos de diferentes culturas, somos en esencia, parte de una misma
familia.
Como el cuerpo de su trabajo, las pinturas de los colores se convierten en
una metáfora para conectar entre sí a todos los seres humanos. Es por esta
razón que su misión es despertar el conocimiento espiritual con respecto
al papel integral del ángel que todos somos, como el vínculo sagrado del
hombre entre el Cielo y la Tierra. A través del Arte que realiza desea
crear un puente para romper las barreras del idioma, la raza y la cultura.
Me intriga la manera en que varía el manejo de los colores. ¿Podría
llevarnos hacia un proceso creativo? ¿Qué es exactamente lo que le
inspira?...
Muchas Gracias Shyra, sigue adelante!
Elsa Zorrilla de San Martín
Diario El País, Montevideo Uruguay
LA POESÍA DE LUDY MELLT SEKHER
Como una forma de recordar y traer a mi memoria el aliento de vida hecho
poesía de esta gran señora con la que tuve una gran comunicación, la que
dejó impresiones de grata recordación, dejo algunos comentarios sobre la
vida y obra de la poetisa Ludy Mellt Sekher. “Sus poemas son los reflejos
de un espíritu a veces aristocrático y a veces popular, pragmático y
lírico; místico y libertino; apasionado y glacial; profundo y liviano”.
Para Ludy Mellt Sekher la poesía es el género más cultivado en su trabajo,
porque por medio de ella, vuelca su alma en toda su extensión
Ludy Mellt Sekher no puede pasar inadvertida, pues tiene en su estirpe la
sangre de Florencio Gravina, su tío, y en su haber literario una
bibliografía que es vocera de su preocupación por el mundo, por la
humanidad entera. En su producción, es una mujer con la ingenuidad de los
ángeles y la pasión de los héroes, portadora de su fuerza, de su alegría y
el mensaje así elaborado nos resulta auténtico, más creíble, y nos
contagia de su visión con estos cristales particulares. Testimonio de
estos versos, lo encontramos en
“Hombre piel”, dedicado a su esposo, en “Poemas para Juan”
“Soy sirena envolviendo tu cuerpo
entre la espuma de mis venas.
Tu piel naufragando en mis arterias
y tu barca estrellándose en mis huesos
Mi cuerpo se vuelve lluvia
bañando tus arrecifes.
Caracoleando tu piel
voy tatuando mi inicial.
Hombre lluvia, hombre tierra.
Hombre cielo, hombre tormenta.
Hombre ladrillo, hombre viento.
Hombre madera, hombre piedra.
Quiero quedarme en tu piel
hasta que el cielo te convierta,
en hombre monumento..”
En ella es imprescindible el conocimiento profundo de la realidad; de
igual modo, de la gran literatura universal. La escritora ha sido una
mujer viajera, dama de muchas tierras y muchos mares.
Señora contempladora de la naturaleza y compartidora de su esencia, de su
profundidad y su
misterio. Como todo ser humano, abatida muchas veces, pero ha sabido
erguirse combativa para empezar de nuevo. En reiteradas ocasiones, la
escuchamos expresar su convicción en la comunicación, “en cualquier
momento, en cualquier circunstancia”… Es portadora de experiencias, lo que
la convierte en portadora de poesía, de literatura, de pinturas, de buena
música, de cultura general y de compromiso solidario con los hombres que
padecen. Su agitada conversación va de un tema a otro, y es que ella cree
en lo que practica. En su actuar, no se identifica con la falsedad sino
con la verdad intrínseca en todo ser humano: Fundadora por excelencia,
tanto de la Hermandad del Águila Dorada, como del Instituto Imispa
donde todo lo que se recauda es volcado a comedores infantiles.
El lenguaje poético que utiliza Ludy Mellt Sekher en su obra nos la
presenta como mujer idealista, soñadora, mujer emprendedora y positiva.
Captamos la vivencia de quien vive la responsabilidad de vivir aquí y
ahora. Ella está lúcida, poseedora de algo de antemano, clarividente, con
una intuición poética que desea compartir. Su canto es de lucha, pero de
lucha con alegría, con entusiasmo y nos trasmite esa alegría, ese
optimismo tan particular. Su osadía en la palabra se hace poesía con un
lenguaje claro, limpio y manejado con propiedad literaria. Todo en su
poesía es un mensaje de exhortación a la vida y la fe.
Con un lenguaje poético sencillo, pero con múltiples y preciosas
metáforas, nos ofrece la experiencia de la mujer frente a la vida, en los
recorridos de “su caminar por dentro de un árbol”, “volar como el águila”.
Los elementos de la naturaleza están siempre presentes. El canto de Ludy
Mellt Sekher es al amanecer, Es una comunicación directa, personal. Todos
estos ingredientes están presentes, pero expresados con la ingenuidad, con
la fantasía y el ensueño de la mujer que siente alegría, deseos de vida y
el efecto lo logra al contagiarnos su espíritu vital y soñador.
Esta fina sensibilidad de la poetisa es la que me hizo percibir desde mi
asiento de profesora las inquietudes de la mujer que pugna por dar salida
a ciertas inquietudes del alma.
Preocupada, no podía ocultar que su verdad interior la llevaba hacia los
derroteros del ensueño... Observaciones atentas de sus rasgos sicológicos
y de sus reacciones frecuentes nos confirmaron en la idea de que había en
ella una sustancia interior de cuyo desenvolvimiento podría esperarse muy
prometedores resultados.
Su producción literaria se orienta a lo que afirmó en entrevista concedida
al comentar: “que lo que queda escrito es como vivido y lo hace inmortal”.
Así es su concepción de la literatura: “la literatura es el arte de darle
vida a la vida, darle permanencia a lo vivido, darle al pasado una
presencia actual y palpitante; darle al presente un futuro y un pasado”
Todo induce a escribir a esta poetisa uruguaya. Aunque no es partidaria de
los horarios rígidos a los que aluden algunos grandes escritores, ella se
propone escribir algo todos los días sin dejar pasar uno solo.
Pero, como todo “pueblo gato”, siempre de noche, a la luz de la luna,
adorada en su poesía.
La función poética de su lenguaje se constituye en una franca, espontánea
comunicación con los elementos de la naturaleza. Mujer sensitiva, toda
ella es un alma agitada, un alma biológica.
Ludy Mellt Sekher también cultiva la literatura de ideas y nos expone con
hondura la sensibilidad de una escritora, su interpretación personal en el
relato, en sus “Memorias de una Bruja”, sus “Caricias al Alma”, “Razones
del Cuerpo”, “Fragmentos del Corazón”, “Charlando con Dios” y muchos más….
Trabajo que comprende parte del contenido real de su propia vida. En este
género como en la poesía, Ludy, no descarta la necesidad de la comprensión
del hecho literario como resultado de su contexto.
El conocimiento de estos temas vitales están, pues, planteados con
originalidad por la poetisa y así nos muestra a todos la diversidad humana
con toda su integridad
Profesora Zulema Ponce de León
Crítica de Literatura,
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